Pollo al disco

El disco de arado tiene una atracción especial, en parte porque evoca sabores del campo y en parte porque permite combinaciones que, con otros utensilios, uno no se animaría. Es como una retorta de laboratorio antiguo.

Este pollo tiene como particularidad la simplicidad de su preparación, acompañado de verduras de una variedad de colores

se cortan en trozos medianos o grandes y se espolvorean con, por ejemplo, mezcla para chimichurri.

Los pimientos, verde y rojo, se cubetean y los ajos se fetean gruesos.

Para empezar, se quita la piel a un pollo y se troza. Salamos con entrefina o parrillera y, sobre un poco de aceite de oliva, se sellan las presas.

Retiramos las presas una vez doradas, limpiamos el disco y volvemos a calentar aceite de oliva, arrojando los ajos, los cuales se orillean para no quemarlos. Luego de unos segundos, agregamos los pimientos.

Haciendo espacio en el medio, agregamos las zanahorias y esperamos a que pierdan su rigidez.

Repetimos la operación y completamos con las cebollas, puerro y verdeo. Ajustamos la sal y sasonamos con un cartón o pote de salsa portuguesa, acompañado de los champiñones feteados grueso. Finalmente, agregamos las presas de pollo las que terminan de cocinarse entre las verduras. Cuando las verduras estén tiernas, está listo el pollo.

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